Nació en Albacete, pero ha residido casi toda su vida en Cartagena y Murcia. Es licenciada en Historia del Arte. Es lectora por devoción y escritora por vocación, aunque antes de dedicarse a las palabras tuvo que jugar y estudiar mucho.
Galardonada con premios de ensayo, narrativa y poesía, entre sus favoritos están el Premio Nacional de Narrativa del MEC, el Lazarillo, formar parte de la Lista de Honor de CCEI, ser tres años consecutivos Libro Murciano del Año de Literatura Infantil y Juvenil.
Ha publicado en muy diversas editoriales, y ha sido traducida al inglés, francés, portugués, coreano y japonés.
Una entrevista de Francisco Javier Illán Vivas.
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Pregunta.- Catalinasss es una de tus novelas más recientes. Un libro donde juegas con las palabras, pero me gustaría, para empezar, que nos contases qué significa en el conjunto de tu obra esta novela.
Respuesta.- Hay palabras que me estimulan. Una palabra puede ser el origen de un cuento. Boca, ombligo, gafas, fueron motivo suficiente para “Patricia, la nena que tiene la boca llena” , “Los peces no tienen ombligo”, o “ Bicicletas de nariz”. Una palabra que a veces no sé hacia dónde me llevará si me dejo enredar en su campo semántico.
Catalinasss es mi sosia y la declaración abierta a la turbación que me produce el código secreto de las palabras.
P.- A Catalina la gustan muchísimo las palabras, “solía jugar con ellas como quien hace magia malabar, lanzándolas de acá para allá, acomodándolas o limándolas a su gusto, en una especie de continua broma con las voces”. ¿Le ocurre lo mismo a Marisa?
R.- Evidentemente. No concibo un lenguaje bobito para seres a medio hacer. Escribo para personas que considero dotadas y con más conocimientos previos ( genéticamente hablando), de lo que el adulto supone. Los niños ya saben. Por tanto cuando escribo, pienso en un niño que si no sabe, quiere saber, un niño que me permite excesos para los que su curiosidad y su inteligencia sabrán buscar la respuesta más adecuada. Claro que también pienso, porque así lo deseo, que a su lado siempre hay un adulto cómplice.
P.- En ese continuo juego que es todo el libro, nos encontraremos con cuchufleta, aljofifa, basilisco, espachurrado, farfullero, jumento, macetero, mindundi, mocasín, supercalifragilisticoespialidoso, fonendoscopio, zalamera, cariciosa, querendona... y muchísimas más.
R.- Palabras con sentido y sin él. Creo que se puede hablar de las cosas más serias, las más importantes de la vida (Catalinasss lo hace en este libro) con sentido del humor. Así se les quita el apresto, el alzacuello que lleva la vida y se nos vuelve más cómoda y digerible.
Yo cada vez que pienso que estoy flotando en algún lugar de la bolica del mundo, qué quiere que le diga, me pongo de los nervios y me da la risa. ¿No es pura chanza? No puedo tomarme en serio muchas de las grandes cosas que se suponen que lo son.
P.- Pero no sólo le gusta jugar con las palabras, sino que desea saber el origen de las mismas, quien le puso nombre a las cosas, por qué se llaman así y no de otra forma. ¿Ha encontrado la autora la respuesta?
R.- Ahí andamos. De todos modos la vida, dicen, es para vivirla no para comprenderla.
P.- ¿Cuál es la palabra más bonita?
R.- Cada persona debe encontrar la suya. Esa será la más bonita.
P.- Si a Catalina también le encantan los puntos suspensivos, a Marisa le deben chiflar las eses.
R.- Los signos, todos, nos ayudan con las palabras, las complementan y amenizan.
P.- Debe ser duro tener el convencimiento, como lo tiene Catalina, de que todo el mundo se llama como Dios manda, menos ella.
R.- Cuando somos pequeños un nombre indebido puede ser una auténtica catástrofe personal.
P.- Tú que conoces a Catalina, ¿con cual te quedarías? ¿Con la simpática, con la furiosa, con la trabajadora, con la secreta y misteriosa, con la pintora, o con la malasombra y malapata?
R.- Todas forman el puzzle que le da forma. Las personas no somos de una única manera, como las cosas no son blancas o negras. Depende del momento hay muchos matices, esto es algo que intento sacar a relucir en mis textos sobre la bondad o maldad de personas o situaciones. Es importante para no emitir juicios equivocados.
P.- No todo es jugar con las palabras, ni disfrutar buscando la más bonita. Esta novela también tiene un mensaje, que creo lo representa Mateo: “pues por eso, con Mateo, no hay color! Es un amigo que ni pintado”.
R.- No me gustan los recados. Soy muy volteriana, escéptica y nihilista, aunque dicho en voz alta nadie me creerá ya que también soy muy vital. Claro que la literatura infantil es lo que saca a flote mi parte más pura, por contagio con los chavales. Soy muy afortunada.
P.- Dime, ¿es difícil escribir para el público infantil y juvenil?
R.- Hacer algo bien es difícil.
P.- Por que no siempre has escrito literatura infantil y juvenil.
R.- Nunca he abandonado la literatura para adultos.
Hay registros, guiños y voces que no puedo compartir de igual a igual con los pequeños por razones obvias, entonces voy.
Lo que ocurre es que, hoy por hoy, mi público es infantil y juvenil porque de momento ellos así lo quieren. Aunque es cierto que cuando escribo tengo la pretensión de llegar también al adulto.
P.- ¿Cómo llegas a las editoriales? Te lo pregunto por que no has publicado sólo con una, sino con varias. ¿Tienes agente literario?
R.- No hay secretos ni agente literario: miro una editorial que me guste, Alfaguara, Hiperión, Edebé, Everest, Espasa, etc, etc, les mando mis textos y espero respuesta…con infinita paciencia. Ya ve, algunas contestan.
P.- Al principio de la entrevista, antes de que empezase a tomar notas, me contabas que uno de tus libros está recién traducido al coreano.
R.- Y al japonés el último. Sale en Abril.
P.- Tengo entendido que ya no trabajas en tu profesión, pero ello no significa que tengas más tiempo libre. Además de escribir, participas en múltiples eventos culturales, charlas en colegios, institutos...
R.-Así es.
P. ¿Qué se siente al ser hija de Josefina Soria?
R. Una enorme satisfacción. Y no es para menos. Mi madre es una de las grandes poetas de España, eso no me cabe duda. Ella me trasmitió este placer por la escritura y la lectura, una actividad esta última que todavía compartimos gozosamente .
Personalmente no siento su peso, más bien su aliento. No he llegado nunca a entonar aquello de “Señor yo no soy digna…”, ya que a Josefina siempre le chocó mucho mi escritura, que ella animaba.
P.- ¿Qué nos deparará la pluma de Marisa en un futuro inmediato?
R.- Muchas sorpresas, es inevitable.
P.- No sólo de letras vive la mujer. ¿Dónde podemos encontrar a Marisa López Soria en la red? ¿Le dedicas mucho tiempo a ella?
R.- ¿Qué si hago punto? ¡No, qué va! Eso sí, tengo por ahí un cuento de una araña que me ronda…
Bromas aparte. www.marisalopezsoria.com y en wikipedia me encontraréis, por lo demás no me gusta perder el tiempo más que con la gente de carne y hueso.
P.: Y como esta sección se llama Hablando de Libros, el futuro de los mismos, ¿cómo lo ve la lectora por devoción y escritora por vocación?
R.- El futuro siempre está siempre en ciernes, por hacer. Eso me gusta.
Muchas gracias.
Ha sido un placer.
Galardonada con premios de ensayo, narrativa y poesía, entre sus favoritos están el Premio Nacional de Narrativa del MEC, el Lazarillo, formar parte de la Lista de Honor de CCEI, ser tres años consecutivos Libro Murciano del Año de Literatura Infantil y Juvenil.
Ha publicado en muy diversas editoriales, y ha sido traducida al inglés, francés, portugués, coreano y japonés.
Una entrevista de Francisco Javier Illán Vivas.
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Pregunta.- Catalinasss es una de tus novelas más recientes. Un libro donde juegas con las palabras, pero me gustaría, para empezar, que nos contases qué significa en el conjunto de tu obra esta novela.
Respuesta.- Hay palabras que me estimulan. Una palabra puede ser el origen de un cuento. Boca, ombligo, gafas, fueron motivo suficiente para “Patricia, la nena que tiene la boca llena” , “Los peces no tienen ombligo”, o “ Bicicletas de nariz”. Una palabra que a veces no sé hacia dónde me llevará si me dejo enredar en su campo semántico.
Catalinasss es mi sosia y la declaración abierta a la turbación que me produce el código secreto de las palabras.
P.- A Catalina la gustan muchísimo las palabras, “solía jugar con ellas como quien hace magia malabar, lanzándolas de acá para allá, acomodándolas o limándolas a su gusto, en una especie de continua broma con las voces”. ¿Le ocurre lo mismo a Marisa?
R.- Evidentemente. No concibo un lenguaje bobito para seres a medio hacer. Escribo para personas que considero dotadas y con más conocimientos previos ( genéticamente hablando), de lo que el adulto supone. Los niños ya saben. Por tanto cuando escribo, pienso en un niño que si no sabe, quiere saber, un niño que me permite excesos para los que su curiosidad y su inteligencia sabrán buscar la respuesta más adecuada. Claro que también pienso, porque así lo deseo, que a su lado siempre hay un adulto cómplice.
P.- En ese continuo juego que es todo el libro, nos encontraremos con cuchufleta, aljofifa, basilisco, espachurrado, farfullero, jumento, macetero, mindundi, mocasín, supercalifragilisticoespialidoso, fonendoscopio, zalamera, cariciosa, querendona... y muchísimas más.
R.- Palabras con sentido y sin él. Creo que se puede hablar de las cosas más serias, las más importantes de la vida (Catalinasss lo hace en este libro) con sentido del humor. Así se les quita el apresto, el alzacuello que lleva la vida y se nos vuelve más cómoda y digerible.
Yo cada vez que pienso que estoy flotando en algún lugar de la bolica del mundo, qué quiere que le diga, me pongo de los nervios y me da la risa. ¿No es pura chanza? No puedo tomarme en serio muchas de las grandes cosas que se suponen que lo son.
P.- Pero no sólo le gusta jugar con las palabras, sino que desea saber el origen de las mismas, quien le puso nombre a las cosas, por qué se llaman así y no de otra forma. ¿Ha encontrado la autora la respuesta?
R.- Ahí andamos. De todos modos la vida, dicen, es para vivirla no para comprenderla.
P.- ¿Cuál es la palabra más bonita?
R.- Cada persona debe encontrar la suya. Esa será la más bonita.
P.- Si a Catalina también le encantan los puntos suspensivos, a Marisa le deben chiflar las eses.
R.- Los signos, todos, nos ayudan con las palabras, las complementan y amenizan.
P.- Debe ser duro tener el convencimiento, como lo tiene Catalina, de que todo el mundo se llama como Dios manda, menos ella.
R.- Cuando somos pequeños un nombre indebido puede ser una auténtica catástrofe personal.
P.- Tú que conoces a Catalina, ¿con cual te quedarías? ¿Con la simpática, con la furiosa, con la trabajadora, con la secreta y misteriosa, con la pintora, o con la malasombra y malapata?
R.- Todas forman el puzzle que le da forma. Las personas no somos de una única manera, como las cosas no son blancas o negras. Depende del momento hay muchos matices, esto es algo que intento sacar a relucir en mis textos sobre la bondad o maldad de personas o situaciones. Es importante para no emitir juicios equivocados.
P.- No todo es jugar con las palabras, ni disfrutar buscando la más bonita. Esta novela también tiene un mensaje, que creo lo representa Mateo: “pues por eso, con Mateo, no hay color! Es un amigo que ni pintado”.
R.- No me gustan los recados. Soy muy volteriana, escéptica y nihilista, aunque dicho en voz alta nadie me creerá ya que también soy muy vital. Claro que la literatura infantil es lo que saca a flote mi parte más pura, por contagio con los chavales. Soy muy afortunada.
P.- Dime, ¿es difícil escribir para el público infantil y juvenil?
R.- Hacer algo bien es difícil.
P.- Por que no siempre has escrito literatura infantil y juvenil.
R.- Nunca he abandonado la literatura para adultos.
Hay registros, guiños y voces que no puedo compartir de igual a igual con los pequeños por razones obvias, entonces voy.
Lo que ocurre es que, hoy por hoy, mi público es infantil y juvenil porque de momento ellos así lo quieren. Aunque es cierto que cuando escribo tengo la pretensión de llegar también al adulto.
P.- ¿Cómo llegas a las editoriales? Te lo pregunto por que no has publicado sólo con una, sino con varias. ¿Tienes agente literario?
R.- No hay secretos ni agente literario: miro una editorial que me guste, Alfaguara, Hiperión, Edebé, Everest, Espasa, etc, etc, les mando mis textos y espero respuesta…con infinita paciencia. Ya ve, algunas contestan.
P.- Al principio de la entrevista, antes de que empezase a tomar notas, me contabas que uno de tus libros está recién traducido al coreano.
R.- Y al japonés el último. Sale en Abril.
P.- Tengo entendido que ya no trabajas en tu profesión, pero ello no significa que tengas más tiempo libre. Además de escribir, participas en múltiples eventos culturales, charlas en colegios, institutos...
R.-Así es.
P. ¿Qué se siente al ser hija de Josefina Soria?
R. Una enorme satisfacción. Y no es para menos. Mi madre es una de las grandes poetas de España, eso no me cabe duda. Ella me trasmitió este placer por la escritura y la lectura, una actividad esta última que todavía compartimos gozosamente .
Personalmente no siento su peso, más bien su aliento. No he llegado nunca a entonar aquello de “Señor yo no soy digna…”, ya que a Josefina siempre le chocó mucho mi escritura, que ella animaba.
P.- ¿Qué nos deparará la pluma de Marisa en un futuro inmediato?
R.- Muchas sorpresas, es inevitable.
P.- No sólo de letras vive la mujer. ¿Dónde podemos encontrar a Marisa López Soria en la red? ¿Le dedicas mucho tiempo a ella?
R.- ¿Qué si hago punto? ¡No, qué va! Eso sí, tengo por ahí un cuento de una araña que me ronda…
Bromas aparte. www.marisalopezsoria.com y en wikipedia me encontraréis, por lo demás no me gusta perder el tiempo más que con la gente de carne y hueso.
P.: Y como esta sección se llama Hablando de Libros, el futuro de los mismos, ¿cómo lo ve la lectora por devoción y escritora por vocación?
R.- El futuro siempre está siempre en ciernes, por hacer. Eso me gusta.
Muchas gracias.
Ha sido un placer.
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