lunes, 15 de abril de 2019

Hablamos de Due padrone con Belén Pérez Daza

Pregunta.- ¿Due padrone es una comedia de enredos propia del s. XVIII ambientada en un grupo mafioso de la Italia actual?
Respuesta.- Es una comedia de enredos ambientada en la mafia italiana con la estética del Chicago y los gánsteres de los años 40. 


P.- ¿Por qué inspirarse en Carlo Goldoni?
R.- Porque tanto al leer sus obras como al verlas representadas me llenan de buen humor y de entusiasmo, que es lo que a mí me gusta provocar en mis lectores y espectadores.

P.- ¿El tratamiento del idioma –el italiano- de la ambientación puede tener algo de paródico al modo de La venganza de don Mendo, de Muñoz Seca?
R.- Claro que sí y también este italiano macarrónico que utilizo en algunos momentos en el texto tiene raíces del carnaval gaditano, en donde la influencia italiana, sobre todo veneciana, ha estado muy presente: “gaditanizando” expresiones, terminaciones de palabras o reinventándolas para que sonaran al idioma italiano parodiándolo.


P.- ¿Quién es ese muchacho que sirve a dos amos?
R.- Trufa es un chico de la calle que utiliza su ingenio para sobrevivir. Es nuestro pícaro de toda la vida que juega las cartas según le vienen dadas. Y las sabe jugar muy bien porque es capaz de engañar e improvisar a cada dos palabras que dice. Deja bien sentando que nada sabe porque en el orfanato nunca aprendió aunque sus actos reflejan que la vida le ha enseñado más de lo que podría aprender en cualquier escuela. 


P.- Creemos que hay un personaje femenino en esta obra que te gusta especialmente: ¿Cuál y por qué?
R.- Me encanta la Señora Pastrane. Primero porque en la versión original es un personaje masculino y al cambiarlo a femenino podía jugar con ella de diferentes formas, como conciencia y freno del personaje femenino principal y para enredarla en situaciones amorosas-cómicas con el Capo de los Capos, Don Vitorio. Tienen una relación divertida en la que el poderío varonil y peligroso del mafioso se derrite ante la promesa de un momento sensual hasta las últimas consecuencias. 

P.- ¿Vence el amor, la venganza o al final se impone la picaresca?
R.- Soy una romántica. Vence el amor. Aunque también la picaresca tiene sus momentos y bueno, quizás el final sea una venganza… pero mejor se lo dejamos al lector para que lo compruebe.


P.- Si un director o productor te pide llevar la obra a escena ¿Qué necesidades tendría? ¿Es una obra que puede representar tanto una compañía profesional como un grupo aficionado?
R- Creo que no tendría muchas dificultades y está abierta a la creatividad del propio director. Sí, puede ser representada tanto por una compañía profesional como por un grupo aficionado, y es más, también por grupos juveniles. Creo que puede funcionar en todos los ámbitos.

P.- Eres dramaturga en nómina del grupo Orozú Teatro, Premio Max 2013 de las Artes Escénicas. ¿Qué carácter social tiene este grupo de teatro?
R- Es un grupo ligado a la discapacidad visual y forma parte de un movimiento teatral muy extenso, con muchos años trabajando y con profesionales de primer nivel que promociona y subvenciona la ONCE.

P.- ¿Cuántos años llevas en el mundo del teatro y cuáles han sido tus principales logros?
R.- Podría decir que llevo toda la vida en el teatro. Empecé como actriz a los 14 años en grupos de mi ciudad y casi enseguida empecé a escribir textos. Siempre he escrito mis textos para ser representados, y he ido aprendiendo el oficio a base de confrontarlos con el público, quizás eso es algo que también me acercó a Goldoni.
En cuanto a logros puedo decir que de los casi treinta textos teatrales que he escrito, entre teatro para adultos y teatro infantil, han sido estrenadas más de veinticinco obras. Que las puestas en escena de mis obras por parte de Orozú Teatro han sido premiadas en numerosos certámenes, asistiendo en dos ocasiones al Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro: en el 1999 con “Crónicas y Mojigangas” versión libre sobre textos de Shakespeare y en el 2018 con “Don Volpone” versión libre y descarada del Volpone de Ben Jonson.
Hasta hace bien poco no intenté la publicación de mis textos. Era un sueño, que se convirtió en realidad el año pasado con la edición de “En Black” y este año continua el sueño con la publicación de “Due Padrone”.

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