domingo, 2 de agosto de 2009

Isabel del Río Sanz y su casa de títeres


Isabel del Río Sanz, Barcelona, 1983. Licenciada en filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona; colabora en diversos medios literarios de la red, ha sido finalista en varios concursos y algunas de sus obras han sido publicadas en compilaciones y antologías.

Trabaja como escritora, redactora, articulista… y como librera en Barcelona.

Amante de los misterios de la naturaleza y de las palabras en igual medida, su vocación y su imaginación siempre han estado ligadas a las historias fantásticas y al mundo onírico, deseando hacer viajar a todos aquellos que se dejen atrapar por sus relatos.

Casa de títeres es su primera obra publicada, y pronto podremos leer su próxima novela.

Una entrevista de Francisco Javier Illán Vivas.
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Pregunta.- Su biografía dice que es usted amante de los misterios y de las palabras en igual medida. ¿Es natural esa relación entre misterio y palabra?
Respuesta.- Desde la antigüedad, el hombre ha intentado explicar aquello que no puede ver del todo o comprender, aquello que las palabras no pueden alcanzar, y ese es el misterio que algún día me gustaría capturar en las paginas, lo que nos mantiene en duermevela.
La naturaleza y las palabras van ligadas en el hombre, aunque algo que también va ligado a ambas y en cambio parece estar desarraigado a nuestro mundo es la magia, y eso es lo que intento recuperar: la magia.


P.- Casa de títeres puede confundir al lector. El inicio recuerda a la literatura infantil, el desenlace es intenso, trágico, y contiene momentos que rondan el terror.
R.- Cuando empiezo a escribir tengo una trama en la cabeza, unos personajes, una idea. Pero no sé exactamente a dónde me van a llevar. Muchas veces digo que mis personajes me llevan por donde quieren y así es, y cuando Anna iba creciendo, me fue llevando por donde creyó conveniente.
Además, no suelo pensar a quién va dirigida una historia cuando empiezo a escribirla. No pienso si va a leerla un niño o un adulto, sólo pienso en la historia, ese es un trabajo que dejo para más adelante. Casa de Títeres quedó como una mezcla de mundos, un sueño-pesadilla en que todo era posible.


P.-Los amigos imaginarios son importantes en esta novela. Hasta ahora los creía posible crear por quien quiere relacionarse con ellos, pero usted nos presenta toda una familia creada, digámoslo así, a “distancia” por la tía de Anna, la protagonista.
R.- Como explico en la novela (aviso, esto es un spoiler, no leáis si no queréis estropear la historia) estos seres son egregoros, entes creados por el poder de la palabra, por la magia de la cabala. Pueden crearse con personalidad y pensamiento propio o como simples títeres a control del titiritero, de ahí el título de la historia.


P.- Su libro presenta, a mi entender, muchas interrogantes, por ese continuo juego entre lo que es real y lo que es imaginario.
R.- Hay algunas partes que tuve que simplificar para que fueran más sencillas de asimilar. Ya el hecho de las tres protagonistas puede llegar a descolocar al lector si no sigue la historia. Mucha gente me ha dicho que es un libro para leer de una sentada, y sinceramente creo que ese es el truco.
Aunque la verdad es que soy un poco mala y hay algunos guiños que sólo pueden verse con una segunda lectura.


P.- Para que los lectores no se confundan, les diremos que estamos hablando de un libro de apenas 79 páginas. Supongo que esa circunstancia supuso una dificultad añadida a la hora de encontrar editorial. ¿Cómo llega a Maikalili? Por cierto, que no terminó bien con esa editorial.
R.- Buff…, historia larga. En un principio yo no pensaba enviar esta historia a editoriales. Como bien dices es muy corta. Pero mi yaya, en el hospital, me rogó que hiciera algo con ella y la mandé a todas las editoriales que pude. En aquella época estaba en un Curso de Postgrado de Escritura Creativa y mi profesor me dijo que probara con editoriales pequeñas, así que me lancé también a por ellas. Ella murió sin que yo hubiera recibido respuesta. Al cabo de un mes Maikalili me contestó.
El libro tuvo muy buena acogida, incluso sacó una segunda edición. Muchas gracias a todos los que lo han apoyado.


P.- A pesar de esas dificultades, ya se encuentra en la segunda edición, sé que con mucho trabajo de su parte. ¿Le ha sorprendido la positiva respuesta de los lectores y lectoras?
R.- Lo cierto es que no me esperaba esta acogida. Tratándose de mi primer libro y, además, de un relato, no pensaba que pudiera llegar a desatar tanto interés, y estoy realmente muy agradecida a todas las personas de Cataluña, Castilla y León, La Rioja, Sevilla, Chile… que me han estado enviando mails para animarme a seguir adelante.


P.- ¿Tendrá continuación Casa de títeres? En Sedice.com leí que existía esa posibilidad.
R.- Muchos lectores han reclamado una segunda parte, y la verdad es que Casa de Títeres fue ideada como una trilogía, donde este primer libro sería la historia de uno de los personajes centrales: Anna.
Es muy posible que continúe la historia, pero ahora mismo es un libro único y creo que es una historia que también es válida como autoconclusiva aunque deje un final abierto para el lector.


P.- Desvéleme una duda: su libro, ¿es una novela o un relato?
R.- Digamos que esta narrado en forma de novela, pero que por su longitud podría decirse que es un relato, jejeje. Esta es una discusión que tuve con profesores de universidad y con compañeros de escritura y ninguno llegamos a una conclusión.


P.- Casa de títeres contiene ocho ilustraciones, ¿todas de Iván López?
R.- Bueno, en realidad 4 y 4. La mitad de las ilustraciones, contando con el portón de la dedicatoria, son de Ivan López, las otras cuatro (fácilmente distinguibles porque no se pueden comparar ni de lejos y porque salen mujeres en ellas) son mías.
Ivan es un gran dibujante, de toda la vida, de puede decir que nació con un lápiz en la mano y todo aquel que le conoce puede asegurar que es un artista de la ilustración. Aunque también es muy modesto y es difícil encontrar obras suyas expuestas, más que en algún libro de texto o algún cuento, pero normalmente ni siquiera están firmadas.


P.- En su bitácora usted va colgando noticias, relatos… y la ha titulado “La odisea del cuentista”. ¿Es una odisea querer vivir del cuento?
R.- Jajaja… Es una Odisea querer vivir un Cuento. Eso sí. Este mundillo, como bien sabrás, es muy duro. Alguien que quiere vivir de la escritura tiene que hacerse un hueco y, antes de poder ganarse el pan de la letra, debe currar y sudar tinta literalmente, porque no sólo ha de trabajar sus 8h en el curro que le toque, sino que ha de currar sus 8h cuando llega a casa en su otro curro: la escritura.
Ahora mismo trabajo en una librería, pero además trabajo como escritora, redactora, documentalista, articulista, lectora… Y todo aquello que pueda. Mi sueño es poder vivir de la escritura, no sólo de lo que yo escriba, sino de las letras. Pero lo que más deseo es poder hacer soñar a los demás, ayudar a la gente de la calle a que les crezcan alas.


P.- ¿Qué ocupa ahora su tiempo creativo?
R.- Cuando me queda un huequito entre el trabajo, la casa, la familia, mi pareja, mis dos gatos locos y los amigos (intento no olvidar a nadie en mi búsqueda), me ausento en mi propio mundo y escribo. Ahora mismo tengo varios proyectos abiertos a la vez; 3 para ser exactos. Pero uno en concreto me tiene obsesionada. Aunque también acabo de terminar la traducción de una novela que estaba editando y acabo de presentar a concurso. Deseadme suerte.


P.: Esta veterana sección de mi bitácora y de vegamediapress.com se llama Hablando de Libros, el futuro de los mismos, ¿cómo lo ve la licenciada en filosofía?
R.- El futuro. Muchos lo ven muy claro, la tecnología parece desbancar el papel por medios de soporte digital que cambiaran por completo nuestra forma de comprender la lectura. Quizá ahora mismo ya leamos mucho por Internet y la pantalla sea nuestra gran amiga y aliada, pero la mayoría seguimos aferrándonos al papel y a los lomos de los libros como si fueran amantes cómplices. Hace poco escuche la noticia de una máquina que revolucionará las librerías, pudiendo imprimir un libro en pocos minutos al deseo del consumidor por el mismo coste que un libro normal.
Yo sigo enamorada de los libros a la vieja usanza, quizá soy una romántica y es cierto que deberíamos ceder terreno a las nuevas tecnologías, sobretodo pensando en los bosques, pero también hay muchas otras cosas que tener en cuenta, puntos de inflexión. Puede que cada vez utilicemos más la pantalla, pero el libro de papel no debería extinguirse, no deberíamos quemar las bibliotecas porque tengamos algo nuevo.

Hablando de lectura, creo que podemos remontar. Trabajando en una librería veo a los niños, y veo sus caras cuando sale una novedad que realmente les entusiasma. Es cierto que quizá no se sienten atraídos por temas altamente educativos, pero les gusta leer y eso es lo que debería importarnos a esas edades.
La gente lee. Ahora sólo es necesario que tengan más información a mano para saber qué les gustaría leer.


Muchas gracias por enseñarnos que todos podemos ser, o no, títeres.

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