sábado, 16 de enero de 2010

Pascal Buniet y sus lágrimas en el mar


Pascal Buniet, nacido en Saint-Pol-sur-mer, al norte de Francia, en 1952. Licenciado en filología inglesa por la Universidad de Lille, Francia. Vivió dos años en Irlanda, trabajó un año en el departamento de francés de la Universidad de Calway. En 1979 se traslada a Tenerife donde reside desde entonces, casado con una canaria de Lanzarote y tiene tres hijos.

Ha regentado tiendas de deportes durante 25 años en la zona turística de Playa de las Américas, hasta el 2008. Ahora lo hace en una tasca de su propiedad.

Lágrimas en el mar es su primera novela.

Una entrevista de Francisco Javier Illán Vivas


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Pregunta.- En el título de la entrevista digo que Pascal Buniet es empresario, escritor y deportista. No sé si el orden se corresponde con tu realidad personal, pero algo de ello hay, ¿no te parece?
Respuesta.- Si, son tres actividades que ocupan gran parte de mi tiempo y que yo clasificaría en dos categorías: obligación y afición. Soy deportista y escritor amateur que busca en ello placer y una satisfacción personal. En las competiciones deportivas a las que he participado, suelo mirar mi clasificación mirando la lista desde el final, es más rápido para encontrar mi nombre. Mi objetivo es pasar la línea de meta, con eso me conformo. En la escritura mi primera meta fue llegar a terminar la novela, después vino otra, conseguir publicarla, y ahora darla a conocer. Actualmente meta es traducir Lagrimas en el mar a mi idioma materno, el francés.


P.- Me comentabas en una carta que perteneces a un equipo de triatlón. Que cuando uno corre o pedalea, cansa el cuerpo y la mente se suelta, hay tiempo para pensar en lo que se está escribiendo.
R.- Cuando uno corre o pedalea, no esta permanentemente concentrado en el terreno que va a pisar, en la forma de mover las piernas o respirar. Mientras el cuerpo esta en movimiento la mente trabaja, vuela de un pensamiento a otro según las inquietudes de cada uno. Algunos se acuerdan de la letra que tienen que pagar, otros piensan en la novia, en el trabajo, mientras que en mi caso lo que estoy escribiendo vuelve a pasar por mi cabeza, el cuerpo se cansa y la mente se suelta, las ideas surgen, se aclara la forma de empezar un capitulo, o aparecen algunos rasgos que añadir a un personaje, sin presión, desde una perspectiva diferente a la que se tiene sentado concentrado frente al ordenador.


P.- Y de hecho, el inicio de tu novela, Lágrimas en el mar, relata una situación que te ocurrió cuando ibas corriendo por un lugar desierto de la costa sur de Tenerife. ¿Quieres contárnoslo?
R.- Tengo la suerte de vivir en el sur de Tenerife al lado de una zona natural protegida llamada “Malpais de Rasca”, donde suelo ir a entrenar siguiendo un sendero que bordea la costa hasta el faro de Rasca situado en la punta sur de la isla.
La noche del ocho al nueve de enero 2004 llego una patera a esta costa, inhóspita para las embarcaciones, como certifica el artículo de un periódico local que menciono en el libro. Todo lo que describe John, el protagonista, en las quince primeras páginas de la novela, lo he vivido personalmente. Me encontré con los restos del desembarque de inmigrantes en este lugar, es decir ropa, enseres, zapatos abandonados por la prisa y nocturnidad. La ficción empieza cuando John descubre un joven africano herido al que decide ayudar.
Recientemente descubrí con sorpresa que la realidad había sobrepasado mi ficción. Cuando la novela estaba ya publicada, un conocido de la zona me pregunto de que iba el libro. Le hice recordar la patera que había llegado por ahí unos años atrás. Su respuesta me dejo asombrado:”Claro que me acuerdo, si nosotros escondimos a tres.” Descubrí entonces que unos jóvenes españoles habían escondido durante tres días en su casa a tres inmigrantes que después entraron en contacto con compatriotas suyos y lograron pasar a la península.


P.- Tu novela nos presenta una serie de personajes muy diferentes, incluso de diferente origen geográfico, que tienen como elemento común ser o haber sido inmigrantes en un determinado momento de sus vidas
R.-Casi todos los personajes de la novela son gente que por algunas razones se han desplazado a vivir a otros países. Pero la novela pone el acento en lo que llamaría “la emigración dolorosa” que consiste en arrancarse a su tierra como única forma de escapar a la miseria. Esta representada por Suleyman, el inmigrante “en activo”, que sufre en su piel dejar atrás a sus raíces y se lanza al abismo de lo desconocido, y por Carlos que ha llevado por dentro toda su vida la herida del sufrimiento de su juventud en Venezuela . Por otra parte, John que no pertenece al grupo de la “emigración dolorosa” pero es muy sensible a ella por los relatos de su abuelo que la sufrió en el pasado, representa la memoria de estos tiempos. Generalmente una generación de inmigrante genera después otra mas desahogada económicamente.
Cuando yo llegué a Tenerife hace unos treinta años, regresaban canarios que habían emigrado a Venezuela y cuyo dinero ganado con sufrimiento, reincorporado en la isla, ha dejado a hijos y nietos en situaciones económicas muy buenas. Es importante que estos jóvenes se acuerden de donde viene su bienestar y no traten con desprecio a los que a su vez llegan en busca de lo mismo.


P.- ¿Se deja de ser inmigrante alguna vez, o esa sensación de ser “diferente” siempre se conserva o, desde otra perspectiva, siempre la conservan quienes rodean al inmigrante?
R.- La integración del inmigrante es muy importante para evitar ser “diferente”. Eso es un camino doble en el sentido de que tanto el que llega a esta tierra nueva como el habitante de ese país deben hacer un paso hacia el otro. Si se margina o arrincona al inmigrante, es muy difícil que se integre.
Con el tiempo uno se olvida que de su condición “diferente”, pero hay algunos factores como el color de la piel, unos rasgos, o un acento que recuerdan el origen.
Por ejemplo, yo estoy perfectamente integrado y me olvido que no he nacido aquí , pero de vez en cuando alguien me pregunta sin razón aparente “ ¿de donde eres?” y me doy cuenta que mi acento me delata.
De todas formas hay que distinguir integración de asimilación. El extranjero debe integrarse en la nueva sociedad donde vive pero no debería por ello perder sus raíces. Una frase de la novela lo describe así:”El hombre se comporta igual que estas plantas rastreras que corren por el campo y vuelven a echar raíces aquí y allí, a medida que se alejan de su punto inicial. Tienen raíces firmes en un sitio determinado, pero van creciendo buscando zonas fértiles y húmedas, florecen lejos del lugar que las vio nacer, pero nunca se independizan de sus raíces, las necesitan.”


P.- El espíritu que mueve a John a ayudar a Suleyman no puede ser más humanitario, más acorde con la Ley Natural: “si lo único que hago es llevar comida y agua a alguien que lo necesita”.
R.- Si, pero a pesar que se trata de una actitud natural de generosidad, pronuncia esa frase atormentado, dudando si actúa correctamente. Su duda no es moral sino legal. Quien ayuda a alguien fuera de la ley se convierte en su cómplice.
Mucha gente avisa a la policía cuando detecta una patera o un cayuco. Por miedo a lo desconocido o a la invasión de los inmigrantes. En la novela cuando la relación entre John y Suleyman es más estrecha dice:”Suleyman no era un inmigrante mas, era Suleyman”. Con esas palabras destaca que cuando tratas a la persona y la conoces, conoces sus problemas y su historia personal, entonces la separas del grupo “Inmigrantes” y la conviertes en “persona”. Por eso la integración, debe ser el fruto de una relación entre dos, el inmigrante por una parte y la población el país receptor por otra. La marginación es el mayor obstáculo a la integración. Acercarse al inmigrante y a su cultura es enriquecerse.


P.- Tu novela desarrolla dos historias paralelas, alternando capítulos en Tenerife y en Irlanda, presente y recuerdos. ¿Era la mejor forma de adentrarse en ese mundo de la inmigración?
R.- Los capítulos que se desarrollan en irlanda no tienen realmente que ver con la inmigración, relatan la vida de John, sus amores, ilusiones, sus frustraciones que forman su “background”, es decir el equipaje emocional que tiene el día que se encuentra con Suleyman. En ese momento vuelven a aflorar elementos del pasado que influyen en su comportamiento.
Son dos historias que parecen no tener razones para unirse si no fuera porque John es protagonista de ambas.


P.- Dos historias, y dos ritmos narrativos, pero que tampoco pretenda el lector encontrar un tratado sobre la inmigración.
R.- .- Efectivamente, no se trata de un libro sobre la inmigración como puede serlo por ejemplo el libro de José Naranjo Cayucos con análisis y testimonios reales. Se trata de una novela de ficción.
He pretendido contar la historia de unos personajes que la casualidad de la vida ha reunido pero que por sus orígenes geográficos, sociales y culturales no tenían que haberse encontrado nunca, pero cuando lo hacen, conectan por un hilo común, el de la inmigración.
Mi primera intención era dedicar un capitulo al relato del viaje en patera de Suleyman y otro al de Carlos. Pero rechacé estas ideas porque era narrar algo que ha sido contado muchas veces, era repetir lo que se encuentra en el periódico cada día. Esos viajes aparecen finalmente en la novela a través de sensaciones, emociones, recuerdos dolorosos de esos personajes que quería retratar como “personas” como dije antes, no como “inmigrantes”.
Utilice dos lugares distintos, Irlanda y Tenerife, con dos ritmos narrativos distintos con un espacio de tiempo de unas pocas semanas en canarias, mientras que la parte irlandesa se extiende sobre unos diez años. Cada capitulo se queda en suspenso, y el lector pasa de una historia a otra hasta que la unión de los dos relatos cierra el circulo y aclara porque John actuó como lo hizo.


P.- No puedo evitar preguntarte cuánto hay de Pascal en John.
R.- .-Algunos aspectos tenemos en común. John estudio filología hispánica, yo estudie filología inglesa. El tenía el mismo interés por la península ibérica que yo tenía por Inglaterra y finalmente los dos elegimos vivir en Tenerife, un poco por casualidad.
No creo que haya más. El vive situaciones dramáticas que afortunadamente nunca he padecido. Los que me conocen bien encontraron rasgos míos en varios puntos de la historia, de la misma forma que se puede encontrar el autor en cualquier escrito


P.- Esta es una de las reflexiones de tu novela: “el inmigrante no es un delincuente, es un hombre sin esperanzas que va en busca de ellas”.
R.- Es una frase que pertenece, en la historia, al abuelo Irlandés de John y que este recuerda en varios ocasiones, como un refrán que se repite para resaltar un principio básico que no se debe olvidar.
En este periodo de crisis en que vivimos, cuando se tambalea nuestro estado de bienestar, estamos quizás en una posición mejor para entender lo que es ser un emigrante. Es ser un valiente que se lanza al vació de lo desconocido, para llegar a un país nuevo, con un idioma desconocido con la esperanza de encontrar trabajo.
¿Podemos descartar que algún día nuestros hijos o nietos se pudieran encontrar en esta situación? ¿Se imaginaban los inmigrantes europeos, españoles o italianos, que se fueron a Argentina en busca de una vida mejor que sus nietos iban a volver a recuperar la nacionalidad de sus abuelos para poder encontrar trabajo aquí?
Todos podemos un día ser inmigrantes, y eso no nos transformara en delincuentes.


P.- Hay momentos, sobre todo los capítulos de la relación de John con Vanesa donde la esperanza, la alegría, surge de cada palabra escrita.
R.- Vanessa es para John un pozo de positivismo, de optimismo en el cual el se sumerge. La contradicción es que mientras el ha crecido rodeado del cariño de una familia, dentro de una cierta estabilidad, ella ha sido bastante castigada por la vida. Pero su abuela la ha dotada de una filosofía que le permite saborear los momentos felices como un regalo que le toca.
John se deja llevar, entra en este bonito mundo sin exigencias, y decide caminar con ella en “el lado soleado de la vida” Si se mira a la vida con unas gafas negras el paisaje será oscuro, si se mira con cristales claro llegara a los ojos un abanico de colores luminosas.


P.- Otro par de reflexiones que he subrayado mientras leía tu novela: “la vida era bella porque sabía disfrutar de lo que tenía y no se amargaba por lo que le faltaba”, y “las necesidades de John eran mínimas, como sus sueños. Tenía ese negocio para cubrir sus gastos diarios, sin lujos, sólo las necesidades básicas”. ¿Consiste en eso la felicidad?
R.- Si se tiene la visión de la vida que tiene el personaje de Vanessa , la felicidad esta al alcance de todos. No va en busca de LA felicidad pero se para a disfrutar los numerosos instantes felices que aparecen aquí y ahí en su vida, pequeñas cosas que toman valor porque ella las atribuye valor.
Una visión apartada del mundo materialista en el que vivimos, en el cual los valores que no cotizan en bolsa no interesan


P.- “La inmigración es una herida en la piel de un país. Mientras sangra, provoca dolor, sufrimiento e infelicidad”, ¿crees que dejará de sangrar alguna vez?
R.- La herida de la inmigración dejara de sangrar cuando el mundo será equitativo cuando no habrá países ricos y piases pobre, cuando no existirá lugares donde la gente se muere de hambre y otros donde se sufre para hacer una dieta.
Esta claro que seguirá sangrando por mucho tiempo. Además, antes en los países subdesarrollados llegaban rumores, comentarios sobre los lugares del mundo donde se vivía mejor, hoy en día, lo ven, la televisión es un escaparate perfecto, y nadie deja morir sus hijos frente a un escaparate lleno de comida..


P.- Cambiemos de tercio. Me gustaría conocer tu hábito de escritura. ¿Cuándo escribes y cuánto tiempo dedicas a ello?
R.-No creo que se pueda aplicar la palabra hábito a la forma que tengo de escribir. Escribo cuando puedo y me gustaría poder dedicar le mas tiempo Por gusto prefiero escribir por la noche.
En este momento alterno la traducción de Lagrimas en el mar con la escritura de otra novela que he empezado, según la gana del momento.


P.- Coriolano González Montañez comentaba en un artículo publicado en Ágora, papeles de arte gramático, que desamparo, soledad, aislamiento o cosmopolitismo son rasgos comunes en los poetas canarios. ¿Ocurre lo mismo con el escritor?
R.- Un artículo muy interesante por cierto, en el cual en un primer tiempo hace un repaso a los poetas antiguos a quien aplica esta reflexión. El aislamiento les hacia enfocar sus emociones hacia su entorno, es decir a la belleza y naturaleza peculiar de la Isla, resultando de ello obras que no se podía haber escrito en ningún otro lugar.
Dudo si se puede todavía aplicar “desamparo, soledad, y aislamiento” al escritor de hoy, pero es cierto que la lejanía frena los intercambios.


P.: ¿Crees que es cierto eso de que nadie que es feliz escribe, como tampoco nace el arte de ningún ser pleno?
R.-La escritura es comunicación, expresión, exteriorización de pensamientos, de sentimientos, de ideas. Corresponde a una necesidad de transmitir.
Existirá sin duda personas cuya única forma de realizarse sea a través de la escritura, mientras que hay otros canalizan su “plenitud desbordante” hacia la escritura o el arte. Escribir o expresarse a través del arte no tiene porque reflejar “una falta de…” puede ser “un exceso de…”


P.- No sólo de letras vive el hombre. ¿Dónde podemos encontrar a Pascal Buniet en la red? ¿Le dedicas mucho tiempo a ella?
R.- Cuando salio publicada la novela decidí crear un blog para anunciar las presentaciones y comentarios así como cualquier evento relacionado con ella. Aunque es muy básico, requiere tiempo y siempre me falta. Sin duda la red es un buen lugar para dar a conocer una obra. Hoy en día hay que estar ahi.
Si volvería Descartes, quizás cambiaria su famosa frase:”je pense donc je suis” (cogito ergo sum), “pienso luego éxito” por: “Tengo blog, luego existo”. (Me perdonaras por no dar la traducción en latín de “tengo blog”)


P.: Y como esta sección se llama Hablando de Libros, el futuro de los mismos, ¿cómo lo ve el triatleta?
R.- El libro seguirá el mismo camino que la escritura. El escritor escribía a mano, después a maquina y ahora por ordenador. Algunos se han resistido pero la técnica es arrolladora. Los soportes digitales pasaran por todas las fases habituales, supongo, hasta llegar a ser prácticos, mas que el libro de papel, y económicos. La nostalgia al pasado y a lo tradicional no lo va a parar. La importancia no esta en el soporte sino en la lectura.
Por otra parte los bosques agradecerán este ahorro de papel


Muchas gracias.
Gracias a ti.

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