domingo, 8 de febrero de 2009

Rosa Gil se enreda entre vampiros y dhampiros

Rosa Gil, Madrid, 1975, creció en Cádiz y se aficionó desde pequeña a los libros y tebeos. Estudió periodismo en la Universidad de Navarra y ha trabajado para diversas editoriales y medios de comunicación, ahora mismo en Mujer hoy. Redescubrió su fascinación por la narrativa juvenil gracias a su trabajo como redactora en revistas infantiles.

Bruno Dhampiro es su primera novela, aunque ya avanza la continuación.

Una entrevista de Francisco Javier Illán Vivas.

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Pregunta: Su biografía dice que redescubrió la narrativa juvenil gracias al trabajo en revistas infantiles. Y, para empezar, lo que podría ser un tópico, pero también un riesgo, una historia de vampiros. ¿Soñaba con ellos en sus sueños infantiles?
¡Por supuesto! Los vampiros son tan fascinantes como aterradores. Pero de pequeña sólo veía su vertiente monstruosa y aun hoy recuerdo algunas pesadillas espantosas que me provocaron. Drácula y la película Jóvenes ocultos. Parte del proyecto de Bruno Dhampiro consistía en que la maldad del vampiro fuera voluntaria, no inherente a él. Así es posible centrarse en la parte fascinante: la capacidad de volar, la pertenencia a una “sociedad secreta”, la nocturnidad…


P. ¿Podría decirnos cuales han sido esas revistas infantiles que le sirvieron de inspiración?
La primera fue Megatrix, una publicación mensual que editaban Antena 3 y El Mundo. Yo trabajaba entonces en una revista de Historia y acepté el cambio porque me pagaban más, porque se trataba de un grupo mediático importante… En fin, por razones que no tenían nada que ver con el mundo infantil. Pero me empecé a divertir mucho y tuve la oportunidad de leer muchos libros para niños. Me sorprendió la calidad de algunos de ellos. Y también empecé a recordar esa forma tan peculiar que tienen de leer los niños, tan absorta y seria. Yo leía así de pequeña, tan concentraba que ni me enteraba cuando me llamaban.
La segunda revista se llamaba Explora y navega, y la editaba el grupo Vocento. Era un proyecto muy interesante, que huía del consumismo y se centraba en la ciencia, la literatura y la naturaleza. Duró muy poco, pero lo pasé muy bien. A raíz de todo aquello, volví a aficionarme a la literatura infantil. Y, algunos años después, pensé que, ya que no podía recuperar la lectura absorta de la infancia, tal vez estaría bien escribir algo que provocara ese efecto en otros niños…. Habrá que ver si lo he conseguido. ¡Lo he hecho lo mejor que he sabido!


P. Dice que su novela va dirigida a niños entre 9 y 13 años, y yo ya estoy un poco más crecidito. Pero, dígame, ¿Qué tiene Bruno Dhampiro que no tengan otros libros de literatura infantil?
Creo que uno de sus principales méritos es que la trama está bien cerrada. Al menos, yo he sudado tinta para intentar que todo cuadre, que los personajes sean coherentes con su carácter y que los misterios que se plantean se resuelvan de forma satisfactoria para el lector. De hecho, esto ha sido bastante difícil. Cuando tú tienes la solución de un acertijo, es complicado ponerte en la mente del lector, que aún está tratando de resolverlo… y más cuando el lector es un niño, que puede ser muy sagaz o muy ingenuo. Creo que algunos libros infantiles abusan de los finales facilones y eso es muy decepcionante. Yo he intentado tomarme a mis lectores en serio. También creo que Bruno Dhampiro tiene bastante sentido del humor. Además, da una vuelta de tuerca a un género clásico, algo que fue muy divertido de hacer. Pero no se trata de méritos únicos de mi novela, están en muchas buenas historias infantiles.


P. Quiero volver a la revista infantil. Por su relación con ese sector cultural habrá conocido cuales son los gustos de los lectores. ¿Se incluyen en Bruno Dhampiro ese aprendizaje?
Sin duda. Cuando yo trabajaba en Megatrix, recomendaba muy a menudo los libros de Harry Potter, porque a los niños siempre les encantaban, aunque no fueran aficionados a la lectura. Intenté averiguar qué tendría aquella saga para gustar tanto y creo que, como resultado, en Bruno Dhampiro hay mucho de Harry Potter. Pienso que siguen siendo unas historias muy buenas, aunque al final tanto libro y tanta película hayan provocado cansancio. Creo que a los niños les gustan los misterios bien resueltos, los personajes redondos, los villanos redomados, los momentos divertidos, los pasadizos secretos… y, por supuesto, los niños que resuelven el enigma allá donde los adultos han fracasado.


P. Permítame esta comparación. El orfanato Memorial Adelaida y Augustus Jarque de Mistyville poco tiene que ver con el hospicio donde oficiaba el Sr. Bumble.
Así es, y está hecho con toda intención. Me hacía ilusión retratar un orfanato donde los niños no vivieran martirizados, donde se les tratara con cariño y crecieran con cierta normalidad. ¿Por qué no? Quincey, por suerte para sus jóvenes pupilos, es la antítesis del Sr. Bumble. Y, ya que menciono el personaje, me gustaría mencionar que desciende de los cazavampiros más famosos de la literatura, aunque su apellido se ha “españolizado” con el tiempo.


P. ¿Dónde está Mistyville?
Cuando empecé a escribir, situé geográficamente todos los escenarios del libro. Más adelante me pareció que aquello no aportaba mucho a la historia y eliminé las referencias explícitas. Mistyville está inspirada en los pueblos de la costa de Galicia. Mi padre es gallego y yo he pasado todos los veranos de mi infancia en su pueblo, así que tengo mucho cariño a sus bosques y sus paisajes.


P. ¿Y Noxdom?
Noxdom está más al norte, en algún punto del sur de Francia.


P. A lo largo de toda la novela me encariñé con un personaje que es como una tormenta inquieta, como un torbellino, Sabbat. No sé, pero me preguntaba, y le pregunto, ¿cuánto hay de Rosa Gil en Sabbat?
Muy poco, y lo digo con gran pesar. Sabbat es la niña que a mí me habría gustado ser: valiente, vivaz y un poco iconoclasta. Yo fui una niña más bien tímida y apocada. Me pasaba la vida con las narices metidas en un libro y sufría mucho porque siempre me elegían la última en los juegos por equipos, porque en gimnasia pertenecía al pelotón de los torpes y porque me daba miedo meterme en el mar cuando había olas grandes. Me habría encantado tener el arrojo y el desparpajo de Sabbat, así que volqué toda mi admiración en ese personaje. Tengo mucho más del carácter apacible de Bruno y del “listillismo” y despiste de Dan.
Curiosamente, Sabbat no estaba pensada como protagonista. La introduje como un personaje secundario, más cómico que importante, para que Bruno y Dan tuvieran una pequeña “maestra” en costumbres vampíricas cuando llegaran a Noxdom. De pronto me di cuenta de que la estaba incluyendo en todos los capítulos porque me había enamorado perdidamente de ella, y mi dúo protagonista se convirtió en un trío. Desde el primer momento, Sabbat nos ha llevado a Dan, a Bruno y a mí por donde ha querido.


P.: Ahora mismo Digital + está proyectando
Moonlight, y True Blood, donde los vampiros conviven con los humanos, beben una especie de vino o de cerveza que apaga su sed... A esos títulos podemos añadir muchos más, series, películas, etc. etc. ¿No hay exceso de vampiros sueltos por el mundo? ¿Cómo se alimentan tanto vampiro suelto?
Sí, es curioso cómo funcionan las modas. Cuando yo empecé a escribir Bruno Dhampiro, en 2004, los vampiros estaban de capa caída (nunca mejor dicho) y todavía vivíamos la gran fiebre de Harry Potter. Supongo que aquello flotaba en el ambiente.


P. Dijo usted en una entrevista que los vampiros no son tan malos como los pintan. Pero, no sé, Drácula no era una hermanita de la caridad, por ejemplo. Ni los vampiros de John Carpenter se caracterizaban por ir regalando caramelos a los niños.
Lo bueno de los vampiros, y una de las razones por las que creo que volvemos a ellos de forma recurrente, es que tienen muchos registros posibles, y el cine y la literatura los están explorando todos. Anne Rice incidió en su faceta sexual (algo que ya había hecho Le Fanu con Carmilla), Stephanie Meyer en la romántica, Blade en la violenta… Son los monstruos clásicos más interesantes que existen: los zombies son demasiado tontos como para ser personajes en sí mismos (siempre aparecen en masa, de otra forma no darían ni miedo); los hombres lobo son interesantes hasta que llega la luna llena, porque entonces sólo tienen una forma posible de actuar; Frankenstein tampoco es un ser que tenga mucha vida interior y los fantasmas, que también me gustan mucho, pueden intervenir poco en el mundo de los vivos. Los vampiros son seres tangibles, con una historia y una personalidad, con poderes extraordinarios, capacidad de decisión y una maldición que pesa sobre ellos. Supongo que por eso estamos viviendo esta oleada vampírica.


P. Bruno no es un vampiro, es un dhampiro.
Efectivamente. Cuando empecé a escribir, tenía claro que el protagonista sería un semivampiro, ignorante de su verdadera historia, que de un día para otro descubre quiénes fueron sus padres, ve cómo despiertan en él unos poderes extraordinarios y descubre que es una presa para ciertos vampiros malvados. Pero cuando empecé a documentarme descubrí que el semivampiro ya estaba inventado desde antiguo, en la tradición centroeuropea, y que recibía el nombre de dhampiro. En las leyendas, el dhampiro es el hijo de un vampiro con su viuda; normalmente detesta a su padre y tiene el poder de detectar a los no-muertos, por lo que se convierte en un excelente cazavampiros. Bruno, evidentemente, no responde a esta descripción, pero me encantó adoptar el término. Curiosamente, ha sido muy poco utilizado en esta fiebre vampírica de la que ya hemos hablado. Cuando estaba a mitad del libro, me llevé un susto de muerte: descubrí que había una serie de cómics titulada Dhampyr. Por suerte, el dhampiro protagonista tenía los atributos clásicos. Era un cazavampiros de la vieja escuela, entregado a la causa de la estaca, el crucifijo y el agua bendita.


P. ¿Si los vivos no estamos muertos, somos NO-Muertos?
¡Eso espero!


P. ¿Tendrá Bruno nuevas aventuras?
Sí. Bruno Dhampiro es el primer tomo de una trilogía. Aún tiene mucho que descubrir acerca de su familia, tanto humana como vampírica, y muchas aventuras que correr junto con Sabbat y Dan. ¡¡Y no olvidemos que cierto villano sigue en paradero desconocido!! Actualmente estoy trabajando en la segunda entrega.


P. Antes de dejar a este simpático personaje, tengo entendido que será publicado en otros países.
En breve saldrá la edición alemana y estoy impaciente. Tengo muchas ganas de ver la nueva portada. Aunque el ilustrador de la edición española, Fernando Vicente, hizo un trabajo espectacular. Captó muy bien el carácter del personaje y le dio un aire entre tierno y gótico que, creo, era muy difícl de conseguir.


P. Me gustaría conocer su experiencia como escritora. Sobre todo por que tengo entendido no es fácil llegar a la agencia Carmen Barcells y, menos aún, que decida representar literatura infantil.
Bruno Dhampiro es mi primera novela publicada. He escrito relatos antes y empecé otra historia larga, pero Bruno es mi mejor esfuerzo. Cuando terminé el manuscrito de Bruno me encontré un poco en un callejón sin salida. Primero lo envié a un concurso literario, sin éxito. Después lo mandé a todas las editoriales en las que pude pensar, y no encontré respuesta. Y cuando ya estaba pensando en proponerlo como serial veraniego a algún periódico, un conocido me dijo que tenía un amigo que trabajaba en Carmen Balcells, y que podía mandar mi novela en mi nombre. Me llevé una gran sorpresa cuando aceptaron leerla y una mayor aún cuando quisieron representarla. Fue el momento que lo cambió todo, sin duda. Todo fue muy sencillo a partir de ese momento.


P. Y un poco más su experiencia como periodista. De esa forma podremos seguirla todos los días, o todas las semanas.
En este momento de mi carrera sería todas las semanas, en efecto. Trabajo en la sección de actualidad de la revista femenina Mujer hoy, que funciona como suplemento del diario ABC y de muchos periódicos regionales. La verdad es que casi siempre he trabajado en revistas y suplementos (Historia 16, Metrópoli, el Magazine de El Mundo, Crónica), pero también he colaborado con editoriales como Santillana (en su división de formación online para empresas) y La esfera de los libros, como editora y redactora de presentaciones y proyectos.



P. Y como esta sección se llama Hablando de libros, el futuro de ellos ¿cómo lo ve la actual autora de literatura infantil?
Creo que estamos atravesando un momento fabuloso, lleno de imaginación y de ganas de explorar nuevos mundos.Supongo que en algún momento volverá el realismo social infantil, que era lo que se llevaba hace unos años. Pero, de momento, podemos disfrutar y dejar volar nuestra fantasía.


Muchas gracias.

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